¡Hola! Soy María. Este verano tuve la suerte de poder realizar mi primer voluntariado internacional en la FMS (Federación de Mujeres de Sucumbíos) en Lago Agrio, Ecuador.
Viví esta experiencia junto con Alicia, a quien conocí previamente en la formación de Huauquipura y después de este viaje quiero como si fuese mi hermana. Alicia fue a la parte administrativa de la Federación, y mi labor se centró en «Casa Amiga», un espacio tranquilo y seguro, vital para las mujeres del albergue y sus hijos.
Trabajé en la ludoteca junto con Zory, cuidando a los pequeños que acompañaban a sus madres en el albergue. Mi misión era crear un ambiente cálido y seguro donde pudieran jugar, aprender y expresarse. El vínculo que formé con los niños fue un auténtico regalo; a través de canciones, juegos y manualidades, aprendí tanto de ellos como de mí misma. Trabajar en un espacio donde las mujeres podían encontrar apoyo y comunidad fue profundamente inspirador. Observé cómo, a través del esfuerzo y el empoderamiento, estas mujeres luchan por reconstruir sus vidas.
La FMS es un refugio; una familia. Desde el primer momento me hicieron sentir como en casa. Nunca estaré lo suficientemente agradecida con Zory, quien me enseñó lo que de verdad es la vocación por una profesión. Con Luisa, que nos abrió hasta las puertas de su casa, con Ángel, quien nos llevó a conocer Lago Agrio, nos enseñó el encebollado y nos cuidó como si nos conociese de toda la vida. Con Amparo, que es la dulzura en persona, y con Nora y Bryan, quienes tuvieron toda la paciencia del mundo conmigo y me ayudaron en todos los problemas de mi día a día en la Fede (que no fueron pocos: perdí las llaves de la habitación, me picaron hormigas en el culo, presencié mi inminente muerte cuando una araña gigante me recibió una noche en mi cuarto…).
Durante nuestra estancia tuvimos la suerte de coincidir con otros voluntarios con quienes compartimos excursiones, cenas, cervezas, muchas risas y alguna que otra lagrimilla. Conocimos la selva amazónica y pudimos disfrutar de la Feria de cuidados que organiza la FMS y en la que participan mujeres de todo Sucumbíos.
Esta experiencia ha sido un auténtico regalo. Ecuador va a ocupar siempre un lugar especial en mi corazón.