En otra experiencia, yo ya había estado en la región Amazónica de Ecuador. Y la estaba echando de menos, sus paisajes, sus lluvias y en gran medida sus gentes.
Gracias a las prácticas del Máster en Cooperación para el Desarrollo y el convenio con Huauquipura, durante mes y medio he podido volver a disfrutarla. Esta vez trabajando con la Federación de Mujeres de Sucumbíos, apoyando en el área de fortalecimiento organizativo.
Formarme con la FMS ha sido una experiencia enorme. Elegí conocerlas porque se apoyan en un montón de organizaciones de mujeres de base, generalmente de carácter rural. Las organizaciones tienen como objetivo transformar las condiciones de vida de las mujeres de la provincia, y lleva más de 30 años trabajando en estas misiones. Se puede decir que tienen muchísima experiencia y logros a sus espaldas, y al haberlo vivido lo puedo afirmar.
He tenido la oportunidad de acompañarlas en muchos de los procesos de seguimiento de sus proyectos. Ayudando en lo que se requería y empapándome de ellos. He pasado muchos momentos de oficina, pero también he recorrido gran parte de los cantones de Sucumbíos, visitando y conociendo a las mujeres, sus ferias, sus emprendimientos, sus lugares de reunión… Mujeres muy diversas y con una capacidad de auto organizarse espectacular, inmenso el esfuerzo que dedican todas las implicadas para conseguir los objetivos de mejora de la situación de la mujer, y en mi opinión, en este aspecto, por nuestras latitudes tenemos mucho que aprender. En la «Fede» se hace un trabajo muy potente, y abarcan tantas cosas que siempre vienen bien manos extra.
Sobre el acompañamiento que se nos brindó, tanto desde «Huauqui» como desde la FMS, donde están acostumbradas a la llegada de voluntariado, ha sido ejemplar. He estado muy a gusto, creo que ellas también han estado a gusto con nosotras. Nos hemos entendido que es lo más importante, porque el choque cultural, sobre todo relacionado al tiempo, es difícil de gestionar, aunque en eso yo algo ya me esperaba. Gracias FMS por ser así, se me cuidan. También he tenido suerte y este año nos hemos juntado muchas voluntarias allí. Gracias a todas vosotras, los raticos de descanso se han hecho bien amenos.
Sin duda habrá una tercera vez que vuelva a Ecuador, y más ahora que voy dejando tantxs amigxs en cada vez más provincias, siempre que me regreso me da mucha pena.