Congregación de Religiosas Adoratrices

La Congregación de Religiosas Adoratrices se fundó por Micaela Desmaisières en Madrid el año 1856. Esta institución tiene desde sus orígenes como objetivo principal la liberación, integración personal, promoción y reinserción social de la mujer víctima de diversas formas de esclavitud, especialmente la explotación sexual; además de la denuncia de situaciones de injusticia, la defensa de los derechos de la mujer y el conocimiento,  estudio y análisis crítico de su problemática social.

Estas actuaciones se llevan a cabo desde la congregación a través de casas de acogida, pisos de inserción, centros de formación profesional, trabajo en barrios de prostitución, talleres de promoción laboral, colaboración en centros penitenciarios, con organismos y programas dedicados a la defensa de los derechos de la mujer, elaboración de estudios y proyectos sobre el tema.

Los valores en los que se apoya y promociona esta institución son: el respeto a la dignidad de la persona, el trabajo y la promoción de los derechos humanos. La congregación trabaja en la actualidad en países de Europa, Asia, África, América del Sur y Caribe.

En República Dominicana, las Adoratrices trabajan desde el año 1986 por medio del programa de intervención social con mujeres víctimas de explotación sexual y lucha contra la trata, SICAR. Hasta la fecha la Congregación dispone de cuatro sedes de trabajo en las ciudades de Santo Domingo, La Romana, San Francisco de Macorís y Santiago de los Caballeros. En el año 2007 la institución inició un proceso de análisis, evaluación y revisión de su programa SICAR para mejorar su calidad y eficacia actualizándolo y adaptándolo a los nuevos retos y necesidades que plantea el fenómeno de la explotación sexual, una realidad difícil de abordar por su carácter complejo y multidimensional.

En este marco se priorizaron aquellas acciones que favorezcan la integración personal y socioeconómica de las mujeres víctimas de explotación sexual mediante su capacitación técnica y empresarial. De ahí que el trabajo de las religiosas Adoratrices se centre en:

  • Facilitar formación técnica-profesional a mujeres víctimas de explotación sexual
  • Brindar atención y seguimiento psicológico
  • Apoyar iniciativas micro-empresariales lideradas por las mismas mujeres a través de un curso de capacitación empresarial y la cesión de un micro-crédito
  • Facilitar el acceso a la educación secundaria y universitaria a mujeres víctimas de explotación sexual
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