
Cuando llegué a Sucumbíos, no imaginaba del todo lo que me iba a encontrar. Sabía que iba para colaborar en una organización con una larga trayectoria, pero lo que no sabía era hasta qué punto me iban a abrir las puertas y dejarme sentir parte de algo tan grande. Desde el primer día tuve la sensación de estar entrando en una historia que ya llevaba muchos años escribiéndose, y en la que yo tenía un pequeño espacio para aprender y aportar.
Lo que más me sorprendió fue la confianza con la que me acogieron. No me trataron como alguien de paso, sino como una más del equipo. Me dejaron estar en reuniones importantes, escuchar sus debates, aportar mis ideas y hasta participar en decisiones. Sentí que valoraban mi presencia, no por lo que yo pudiera “traer de fuera”, sino porque realmente creían que cada persona suma y que el trabajo colectivo es la base de todo.
Poder participar en talleres, asambleas y encuentros comunitarios fue un privilegio enorme. Me impresionó la seriedad con la que se organizaban, pero también la cercanía y el sentido del humor con el que enfrentaban momentos difíciles. Cada espacio era una mezcla de rigor y calidez: se discutían problemas duros, pero también se compartía comida, risas y la sensación de que, juntas, todo era un poco más llevadero.
Otra cosa que me marcó fue ver cómo la organización no es solo un medio para lograr objetivos concretos, sino también un refugio. Para muchas mujeres, la Federación es un lugar donde encuentran apoyo, donde no se sienten solas, donde pueden soñar juntas en un futuro diferente. Estar cerca de esa red de apoyo me hizo darme cuenta de lo valioso que es crear comunidad, incluso en medio de contextos complicados.
Al terminar mi experiencia de voluntariado, siento que me quedo conmigo una mirada mucho más amplia y también más realista sobre lo que significa trabajar en cooperación. Ya no lo veo como un concepto abstracto, sino como algo que se construye día a día, con paciencia, con esfuerzo y con mucha gente empujando en la misma dirección. Esta experiencia me cambió, me dio nuevas herramientas y, sobre todo, me confirmó que quiero seguir vinculada a proyectos que tengan un impacto tan profundo en la vida de las personas.