¡HOLA! Mi nombre es Esther Montañés, este pasado mes de octubre-noviembre tuve la suerte de vivir una experiencia de cooperación internacional en República Dominicana y Haití con las Religiosas Adoratrices, a través del programa SICAR de intervención social con mujeres víctimas de explotación sexual y lucha contra la trata.
El objetivo principal de este proyecto es favorecer la integración personal y socio laboral en el marco comunitario de jóvenes en diferentes grados de exclusión, principalmente de aquellas relacionadas con la actividad de la prostitución, a partir de una atención integral, acompañando un proceso de formación y capacitación profesional que les permita lograr una vida digna y autónoma para poder cambiar las condiciones de una vida pobre que limitan su desarrollo.
Mi aportación en el proyecto principalmente ha sido desde dos áreas, primero desde la unidad de calle y segundo impartiendo sesiones de formación, para reflexionar y compartir en grupo diferentes temas de interés de ámbito social y educativo.
La unidad de calle o de capacitación ha sido realmente una experiencia indescriptible, muy compleja de trasladar. Porque no es solo lo que las chicas nos cuentan, sino el contexto que les envuelve, de poca salubridad, drogas, alcohol, juego…
La unidad de calle consiste en un trabajo de campo, se efectúa un acercamiento a las jóvenes que ejercen la prostitución en diferentes medios: calles, parques, lugares de citas o en cualquier otro lugar, para darles a conocer el programa SICAR, el programa que les ofrecen las hermanas.
En relación con mi otra colaboración en sesiones de formación, impartí temas relacionados con la autoestima, crecimiento personal, resolución de conflictos (muy interesante para las chicas, porque tienen muchísimos conflictos, se consideran competencia y eso genera problemas entre ellas), fue una experiencia muy positiva, las dinámicas de grupo para tratar dichos temas resultaron muy atractivas y se implicaron mucho en ellas.
Imagino que si estás leyendo esto es porque estás intersadx en realizar una experiencia de este estilo, yo te diría que empieces a preparar tu maleta y que disfrutes de ello, será una vivencia que marcará tu vida y que estoy segura de que no te arrepentirás.
En mi caso, esta experiencia me daba vértigo porque sabía que iba a encontrarme en contextos muy peligrosos y en situaciones difíciles de gestionar, además de que la gente de alrededor solo te dice ¡cuidado!, es cierto, hay que tener cuidado, son contextos muy diferentes a los de nuestro día a día, pero merece mucho la pena conocerlos.
Yo me he vuelto de este viaje con el mensaje de RESPETO, respeto absoluto, que muchas veces no es fácil de encontrarlo y en esta experiencia no viví otra cosa que eso.
Es curioso vivir desde dentro como dos colectivos tan diferentes, como los son las hermanas y las chicas que ejercen la prostitución pueden comunicarse, empatizar entre ellas, ayudarse… una experiencia que sin duda, siempre irá conmigo.
Gracias Huauquipura por darme esta oportunidad!!!